Descubriendo a Faustino Chimalpopoca Galicia

Descubriendo a Faustino Chimalpopoca Galicia

Corre, lee y dile

Por Germán Martínez Aceves

Hay personajes en la historia de México que son poco conocidos y sin embargo cumplieron con un desempeño notable en beneficio de su comunidad. Es el caso de Faustino Chimalpopoca Galicia, maestro, jurista y traductor del siglo XIX que vivió en medio de los convulsos tiempos de la formación de la República y la lucha entre liberales y conservadores.

Es muy probable que su cercanía con Maximiliano de Habsburgo, a quien sirvió como intérprete y traductor y, por lo tanto, opositor a Benito Juárez, haya sido el motivo de que los historiadores y cronistas lo mantengan al margen de la historia y condenado a los reductos del olvido.

Pero quien deja huella difícilmente puede ser borrada. Nunca falta alguien que se interesa en indagar, en reunir datos, cotejarlos y encontrar la relevancia de un personaje histórico. Es el trabajo que realizó Baruc Martínez Díaz, historiador, traductor y profesor de náhuatl.

Un punto en común entre Faustino Chimalpopoca y Baruc Martínez es Tláhuac, lugar en el que ambos nacieron, motivación que llevó al historiador a consultar documentos originales para desentrañar la vida y relevancia del personaje que optó por la defensa de la monarquía, la conciliación y la defensa de los territorios de los pueblos indígenas, principalmente los de Tláhuac.

El resultado fue el libro Faustino Chimalpopoca Galicia. Un intelectual decimonónico, coeditado por Ediciones Era y la Editorial de la Universidad Veracruzana.

Baruc Martínez Díaz es doctor en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México y chinampero de Tláhuac. Su compromiso y conciencia por defender el náhuatl lo llevó a recrear la historiografía de Faustino Chimalpopoca Galicia, quien descendía del linaje de Nezahualcóyotl. Entre fe de bautismo y documentos diversos en donde su nombre no se asienta correctamente, queda claro que nació el 15 de febrero de 1802 en Tecaxic, barrio de Ticic, de San Pedro Tláhuac.

Faustino Chimalpopoca Galicia fue de los pocos indígenas de Tláhuac que tuvo formación profesional. Estudió en el Colegio de San Gregorio, institución colonial dedicada sólo a la educación indígena que formaba a lo que iban a tener cargos en las Repúblicas de indios como se les llamaba a los Ayuntamientos indígenas.

El padre de Faustino, Alejo Andrés, fue alcalde y último gobernador de la República de indios en 1821. Al consumarse la Independencia y crearse la Constitución de 1824 no continuó la tradición familiar de gobernar en Tláhuac. Faustino se fue a la Ciudad de México donde dio las cátedras de lengua náhuatl y otomí en la Pontificia Universidad de México y trabajó en el Seminario Conciliar. También fue docente en el Colegio de San Gregorio, impartió náhuatl, jurisprudencia y lógica grecolatina.

Si bien parte de sus traducciones al náhuatl eran para catequizar, también puso énfasis en traducir las Leyes de Reforma que, desde su vivencia, afectaba a la tenencia de la tierra de las comunidades indígenas que perdieron muchos terrenos a manos de arrendatarios que eran ajenos a los pueblos, además, sus costumbres religiosas también se vieron trastocadas.

Cuando los conservadores trajeron a Maximiliano de Habsburgo para imponer el Segundo Imperio, varios indígenas lo vieron como una salvación y se unieron a sus filas. La preparación intelectual de Faustino Chimalpopoca lo llevó a ser el traductor y puente importante entre Maximiliano y los grupos inconformes.

Al formar parte de la administración imperialista, Faustino Chimalpopoca Galicia fue etiquetado por la historia oficial como villano y traidor. Sin embargo, él era más bien modesto y solo aspiraba a que su comunidad indígena tuviera educación y se le respetaran sus tierras. Además, desde su punto de vista, si la forma de gobierno antiguo se basaba en el Imperio azteca, porqué no reestablecer el estilo monárquico.

El trabajo historiográfico que nos presenta Baruc Martínez Díaz va más allá del bien y el mal, más allá de etiquetar a alguien entre bueno y malo, entre héroe o villano. Sitúa más bien a Faustino Chimalpopoca Galicia como el intelectual indígena más importante del siglo XIX mexicano que escribió una gran cantidad de documentos en náhuatl y no tuvo más interés que generar “vías de negociación y, al mismo tiempo y paradójicamente ayudó a crear mecanismos de resistencia mientras contribuía a construir el nuevo rumbo de una nación que, poco a poco, iba siendo edificada de forma independiente después de tres siglos de dominio colonial”.

Faustino Chimalpopoca Galicia. Un intelectual indígena en el México decimonónico, de Baruc Martínez Díaz, es una coedición de Ediciones Era y la Editorial de la Universidad Veracruzana, 94 páginas, 2024.

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