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Universidad Veracruzana
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Corre, lee y dile
Por Germán Martínez Aceves
Rubén Bonifaz Nuño era un poeta que abrevaba de los clásicos griegos, de la filosofía, del mundo prehispánico, del arte contemporáneo. Reconocido sobre todo por su poesía, era también un creador de centros de estudio como el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y un gran ensayista con énfasis en el arte.
Miguel Ángel Muñoz, historiador y crítico de arte, se dio a la tarea de reunir los escritos de Bonifaz Nuño que publicó a lo largo de 40 años recurriendo a revistas, libros y catálogos en donde el poeta escribió sus ensayos críticos sobre pieza y regiones arqueológicas de las culturas olmecas, aztecas, mayas, mixtecas, tarascas, y analizó la obra artística de Ricardo Martínez, Ángela Gurría, Santos Balmori, Elvira Gascón y Fernando Alba.
El resultado es el libro Elogio del espacio. Apreciaciones sobre el arte, una coedición de El Colegio Nacional y la Editorial de la Universidad Veracruzana (UV) en el que se rescata un poco más de 100 escritos del Doctor Honoris Causa de la UV que además están acompañados de un dossier de imágenes de las obras que analiza.
Rubén Bonifaz Nuño (Córdoba, Veracruz, 1923-Ciudad de México, 2013) era un humanista que desde joven tuvo una gran admiración por el arte antiguo de México y que tiene cierta complicidad con el arte contemporáneo. Una idea deja fija Miguel Ángel Muñoz: sólo un poeta puede pensar y describir la esencia del arte.
Solo un poeta es sensible ante la energía y el mensaje que tienen las piezas arqueológicas que trascienden a través de los siglos. Solo un poeta puede entender e interpretar la profundidad del trazo y el fino amasijo de la escultura. Es el receptor y divulgador del tiempo plasmado en las obras. Es el que nos puede dar luz y orientación para entender las acciones de la humanidad en el tiempo.
Apunta Miguel Ángel Muñoz: “En este libro hay, pues, mucho de amor: voces lejanas, piedras arrojadas al viento, al agua y, a la vez, lápidas sentenciosas, que avisan de que lo que un día fue certeza hoy es nostalgia”.
La primera edición de la publicación fue una petición que le hizo Bernardo Ruiz al autor esta selección que se presenta y fue publicada por la Universidad Autónoma Metropolitana, la UNAM y El Colegio Nacional.
En esta segunda edición uno recibe una lección de arte de la pluma de Bonifaz Nuño al leer sus ensayos de las piezas precolombinas como El chapulín, La calabaza, Cabeza de serpiente, Felino de Colima, El hombre y el ave en el Monumento 14 de San Lorenzo, El Sarcófago de La Venta, Monumento 6, Vaso de maíz, Tláloc, por citar algunas y admirarlas con las fotografías que aparecen hacia el final del libro.
Historia y cultura, filosofía y cosmogonía, sabiduría y misticismo, Bonifaz Nuño da otro giro a la relevancia del arte de nuestros pueblos ancestrales y encuentra los vasos comunicantes con los artistas del siglo XX como Ricardo Martínez, Santos Balmori, Ángela Gurría o Fernando Alba.
Sobre el pintor Ricardo Martínez decía: “Situado en sí mismo, dudando todavía de la certeza del mundo, frente a la necesidad de que un mundo firme sea creado por sus manos, Ricardo Martínez reúne sus fuerzas y las convierte en herramienta o arma suficientes a vencer las dos inmensidades que se oponen a su voluntad y a su conciencia: el desorden y el vacío”.
Del pintor Santos Balmori escribe: “La realidad óptica de Santos Balmori no está constituida por objetos sino por combinaciones de formas, luces, sombras, líneas, espacios, colores, que se organizan ante él de acuerdo con los ritmos profundos de las estructuras de la vida”.
Para la escultora Ángela Gurría le dedica un poema del cual es el siguiente fragmento: “Ella, la elegida, la escultora/ de la luz que buscan los sedientos;/ donadora de celestes pozos,/ abre las fuentes de su pecho/ y deja en libertad nutricias/ migraciones, albas transitivas”.
Y a la muralista española Elvira Gascón también le dedica un poema: “Como el rostro del aire cuando gira/ establece la luz; como la helada/ el agua móvil de la madrugada,/ funda las cosas tu dibujo, Elvira”.
Miguel Ángel Muñoz, quien era amigo de Bonifaz Nuño, considera que al recuperar estos escritos de quien fuera miembro de El Colegio Nacional, nos muestra “una forma de hablar y escribir sobre la vida”. Es un elogio del espacio en el que la mirada de la humanidad se fija en el infinito del horizonte, como en la pintura de Ricardo Martínez que ilustra la portada.
“En cada texto que escribió acerca del arte está su magistral visión de enseñarnos lo que nuestros ojos no han podido ver. Esa fue, para mí, una de sus grandes lecciones”, misma que nos comparte Miguel Ángel Muñoz y que nos permite aprender y aprehender el espíritu y la belleza de la creación de los artistas mexicanos.
Elogio del espacio. Apreciaciones sobre el arte, de Rubén Bonifaz Nuño, selección e introducción de Miguel Ángel Muñoz, 405 páginas, 2024, coedición de El Colegio Nacional y la Editorial de la Universidad Veracruzana.
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