Arte de introducir

Arte de introducir

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La presentación es una de las especies más sutiles del ensayo, ya que su existencia es más efímera y fugaz que la de las reseñas, los prólogos o las conferencias. Para Fernando Iwasaki Cauti presentar siempre ha sido algo muy serio, porque como se lee en su Arte de introducir, ha procurado que sus presentaciones sean por sí solas una propuesta literaria.

Este compendio no solo nos sirve para repensar los textos ancilares y pequeños ensayos escritos para el acto escénico de la presentación de un libro o para introducir a un conferenciante, sino que servirá a los lectores como una guía propicia de lecturas y encuentros. De igual modo, al escribir sobre los otros, al introducirnos a los trabajos y los días de los otros, el autor de Célula Padre. Biopsia literaria (2023), también ha sembrado las páginas de su Arte con claves de sus motivos y obsesiones literarias; sus libros predilectos y socorridos; y las preferencias y divertimentos que nos introducen a su particular universo literario, de tal forma que hablando de los otros nos ha hablado de su poética, de su obra, entregándonos con esta antología consagrada al afecto y la admiración, su castillo interior.

 

Pregón a la edición veracruzana     11

Liminar      13

La espuma, el musgo y la nieve. Defensa de la práctica del texto oral  15

 

MAESTROS

I. Todos los túneles conducen a Santos Lugares        27

II. El fauno y la flora    29

III. Un tigre que escribe: Wole Soyinka  33

IV. My dear Savater     39

V. La importancia de llamarse Edwards  43

VI. Muñoz Molina en Manhattan   47

VII. Javier Marías y la violencia del tiempo     53

VIII. José Antonio Marina y los disparates de la razón       57

IX. Una paideia para darle cuerda al reloj        59

X. Rosa Montero, transparente       63

XI. Desnudos y calatos 67

XII. José María Merino y la “puntita” del iceberg     71

XIII. El secreto del unicornio                  75

XIV. Continuidad de los museos    77

XV. Abelardo en el cielo con diamantes  81

XVI. “¡Luz en la Tierra!”      85

XVII. Narrar desde la ausencia      91

XVIII. Vejamen  95

 

CONTEMPORÁNEOS

XIX. Helena, Malena, Almudena   105

XX. Juan Manuel de Prada, el nombre de la prosa    109

XXI. Uno que vive del cuento        113

XXII. Vagamente atortajado 117

XXIII. Si te dicen que me vieron marxmarracho       119

XXIV. La conciencia narrativa de Belén Gopegui     123

XXV. Los pasaportes completos de Eduardo Jordá   125

XXVI. Jorge Eduardo Benavides, arquitecto literario         127

XXVII. Justo Navarro renacentista 129

XXVIII. Kowalski, aqui el teniente Padilla      131

XXIX. El vampiro de Lopera                  135

XXX. Fernando Royuela contra los monstruos 137

XXXI. El hilo de Nuria Barrios      139

XXXII. Las maravillas de Rafael Téllez     141

XXXIII. Espido Freire y su castillo exterior     145

XXXIV. Tras las huellas de Mario Bellatin     149

XXXV. Un templario boliviano      151

XXXVI. Man Hunted Transfer       153

XXXVII. Temístocles y la página en blanco     157

XXXVIII. El síndrome de Ulises y su contagio por intrapiernosa         161

XXXIX. La épica íntima de Rodrigo Fresán     165

XL. El mar de los desterrados        167

XLI. Andrés Neuman y los atlas del tiempo     171

XLII. Elogio del cuerpo “jamone”     175

XLIII. La escena de cama que le faltaba a la literatura       179

XLIV. Argumentum Ornithologicum, remake  183

XLV. Eduardo Chirinos, colección privada       189

XLVI. Biblioteca bailable Ena Lucía Portela    199

XLVII. El día del Coyote      207

XLVIII. Abdul Al-HazRoas  209

XLIX. Antigona en Uchuraccay     213

L. If you leave me now, antes de hacer el amor         217

LI. Ángel Darío en el Huerto de los Olivos     221

LII. Nosotros, los centauros     225

LIII. “En esa ciudad ya no vivimos”     229

LIV. Un museo interior en el desierto      233

 

CÓMPLICES

LV. ¡Come un Perú!     239

LVI. Tiempo Olavide, momento Marchena      245

LVII. Alfileres de Poveda     249

LVIII. El exorcista en Sevilla     253

LIX. Las moradas de Adriana Torres     255

LX. Aute, un animaLhito del orden de los verbívoros        257

LXI. El tiovivo como metáfora       259

LXII. Vuela esta canción, para ti, Lucia       261

LXIII. Fernando Vicente, un narrador que pinta        267

LXIV. Neque, mojiganga y perendengue 271

LXV. Tatuajes de la conciencia     275

LXVI. Las cosas de la Casa de Campo      279

LXVII. Mordzinski, culpable de literatura       283

LXVIII. Los lectores están servidos        287

LXIX. A Chabuca, “el sueño entre tu sueño”     293

LXX. “En la oposición se construye la alternativa”       297

LXXI. The Walking Red: distopía osasunista     301

LXXII. Rafael Luna, un cronopio que pintaba      303

LXXIII. Usted es como el árbol talado que retoña      305 

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